Única novela de Stuart Dybek —o «novela en relatos», como fue definida por la crítica—, Yo navegué con Magallanes narra la infancia, adolescencia y juventud del hijo —y el adorable clan que le rodea— de unos emigrantes polacos durante las décadas de 1950 y 1960 en Chicago.
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Parpadeo – Theodore Roszak
Macabra novela negra, ácida —y tronchante— crítica de la intolerancia de la alta cultura con la cultura popular, obra maestra del pulp inteligente, crónica de una hermética herejía medieval, thriller apocalíptico e historia secreta del cine, Parpadeo es, ante todo, un análisis magistral del lado oscuro del genio humano.
Huir – Evan Dara
Evan Dara, escritor que ha sido definido como «el nuevo Thomas Pynchon», es el autor de esta novela, que en el momento de su publicación en el mercado anglosajón fue anunciada como «la historia de una ciudad cuyos habitantes hacen justamente eso»
Yo quemo París – Bruno Jasienski
Yo quemo París es, desde su inicial y controvertida publicación por entregas en el periódico L’Humanité en 1928, el golpe maestro más incómodo de la literatura polaca de todos los tiempos.
Panthers y Museo del Fuego – Jen Craig
Una mujer sale de su piso en un modesto barrio de Sídney, cargada con el manuscrito de una amiga de la infancia recientemente fallecida. Sus pensamientos oscilan entre el pasado y el presente
Oreo – Fran Ross
Un tesoro enterrado bajo el peso y la fuerza del patriarcado, Oreo fue probablemente la mejor novela publicada en USA en 1974, y con toda seguridad la mejor publicada en España en 2022.
Conversaciones con David Foster Wallace – 4ª edición
Recopiladas por Stephen J. Burn, Conversaciones con David Foster Wallace reúne las veinte mejores entrevistas concedidas por el escritor durante su carrera. En ellas, además de conocer de primera mano la deriva vital del autor, los lectores descubrirán
Historia de una publicación
La cuestión es que, un día primaveral de 2012, leí un post de Scott Exposito —crítico norteamericano— sobre la novela y la compré, porque Exposito no defrauda nunca. Principalmente la leí en varias sesiones playeras sucesivas en las que fui quemándome piernas, brazos y cuello a medida que el sol iba trazando su acostumbrado arco en el cielo.